A las arañas, a los espacios cerrados, a las aglomeraciones… Fobias hay muchas. Y algunas, fáciles de sobrellevar. Con no montarte en un ascensor, vale. Así haces ejercicio. Con no ir a un concierto, suficiente. Ya te pondrás en CD en casa. Pero hay otras, como la amaxofobia, que condicionan más la vida y las rutinas diarias.