En mi caso, los años de experiencia me han permitido formarme en diferentes perspectivas, partiendo desde una perspectiva cognitivo-conductual, desarrollándome a través de la medicina psicosomática y la teoría del apego como bases del abordaje, para especializarme finalmente en las llamadas terapias de tercera generación como mindfulness o terapia de aceptación y compromiso (ACT).
A día de hoy me gusta seguir nutriéndome de nuevas corrientes, ya que la psicología es una ciencia muy joven que no para de desarrollarse, y estoy muy interesado en la llamada Neurobiología Interpersonal.
De esta forma, tiendo a ver mi trabajo desde una perspectiva integradora y abierta, en continua expansión, que me acerque mejor a las necesidades de las personas.