Artículo "La ciencia ya puede explicar la agresividad al volante" en Motor de El País
Pero qué majo eres. Saltas como un resorte cuando ves que una anciana sube al autobús para cederle tu asiento; sostienes la puerta y siempre dejas salir antes de entrar; esperas a tu vecino para subir juntos en el ascensor; eres el yerno o la nuera ideal, la pareja que toda suegra querría sentar en su mesa los domingos. Entonces, ¿qué te ocurre? ¿Qué poder ejerce sobre ti el volante, que te hace mutar en un ser despiadado, hostil, agresivo? Un poderoso demonio te domina y habla por tu boca, haciéndote pronunciar juramentos inenarrables y describir gestos imposibles. La ciencia ha hallado la respuesta; un estudio de la Universidad de Temple en Filadelfia ha llevado a cabo una investigación en la que se ha determinado por qué algunos individuos, a pesar de ser ciudadanos ejemplares, son más propensos a sufrir ataques de ira en el coche.

Ansiedad, ataques de pánico, miedo físico a meterse en autovías, claustrofobia en los túneles. Es un miedo irracional, paralizante, que tiene nombre, Amaxofobia, y que se puede tratar
Sudor en las manos, tensión muscular, respiración rápida y profunda o aceleración del pulso. Estos son algunos de los síntomas de una persona con aerofobia. El miedo que inspiran algunos accidentes o desgracias aéreas como la ocurrida recientemente en la compañía Germanwings, acrecentan el temor de algunas personas a coger un avión. Pero, ¿cuál es la diferencia entre el miedo y la fobia? ¿dónde está el límite? ¿cuándo es necesario someterse a un tratamiento?
Almudena se sacó el carné hace bastantes años y fue conduciendo cada vez menos a causa de un miedo creciente que la llevó a dejar el coche aparcado indefinidamente. Ahora, tiene un nuevo trabajo, abuela, y quiere superar su amaxofobia para poder llevar a sus nietos. “La motivación para volver a ponerse al volante es fundamental para superar la amaxofobia”, admite Ignacio Calvo, psicólogo especializado en tratar esta fobia.
Alrededor de un tercio de los conductores sufre amaxofobia, es decir, miedo a ponerse al volante, un trastorno que en muchas ocasiones se “vive en silencio y con mucha incomprensión” que tiene varias causas pero, sobre todo, el haber sufrido un accidente previo. Es un dato que se ha puesto de manifiesto durante la presentación del estudio sobre la ansiedad en la conducción Amaxofobia en los conductores de la Fundación CEA (del Comisariado Europeo del Automóvil) que arroja datos sobre este problema a partir de las respuestas de 171 personas que lo sufren. 

