Se caracteriza por la aparición de ataques de pánico y la preocupación constante por la posibilidad de que se puedan dar nuevos ataques, así como sus consecuencias. Podríamos definirlo como la aparición aislada y temporal de miedo o malestar intenso acompañado generalmente de sensaciones de peligro inminente y de un impulso a escapar, durante el cual se presentan al menos cuatro de un total de 13 síntomas somáticos o cognitivos (ver cuadro) que inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros diez minutos; cuando se reunen todos estos criterios pero se presentan menos de cuatro de los síntomas, se habla de ataques de pánico con síntomas limitados.

Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamnete y alcanzan su máxima expresión en los primeros diez minutos:

  1. Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca
  2. Sudoración
  3. Temblores y sacudidas
  4. Sensación de ahogo o falta de aliento
  5. Sensación de asfixia
  6. Opresión o malestar torácico
  7. Nauseas y molestias abdominales
  8. Desrrealización o despersonalización
  9. Miedo a perder el control o volverse loco
  10. Miedo a morir
  11. Parestesias
  12. Escalofríos o sofocos

Estos ataques son de comienzo repentino y, en la mayoría de los casos, imprevistos, aunque existen ciertas situaciones que pueden propiciar una mayor frecuencia de los ataques como los lugares cerrados, los transportes públicos, sitios concurridos y en general, lugares en los que las posibilidades de escape o salida sean difíciles.

PánicoEntre los síntomas del ataque de pánico hay que prestar especial atención al fenómeno de la hiperventilación, que tiene lugar cuando se produce una respiración demasiado rápida, generando una ventilación excesiva que disminuye el dióxido de carbono en sangre y aumenta el pH sanguíneo. Esta hiperoxigenación de la sangre se puede compensar, por ejemplo, respirando dentro de una bolsa para alcanzar nivel de dióxido de carbono adecuado y regular el ritmo respiratorio.

Los individuos afectados, pueden desarrollar ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de experimentar nuevos ataques (miedo al miedo) que se asocian a estímulos externos, llevando a las personas en cuestión a evitar tales situaciones, lo que facilita la aparición de nuevos ataques.

Tratamiento

  • Exposición "in vivo": distracción, graduando la exposición, centrándose en los estímulos físicos como estímulos fóbicos (exposición interoceptiva)
  • Entrenamiento en respuestas de afrontamiento: relajación y respiración, autoinstrucciones
  • Exposición controlada a fuentes de estrés
  • Prescripción paradójica
  • Prevención de recaídas

 

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