El trastorno de estrés postraumático o TEPT se presenta a consecuencia de un acontecimiento fuertemente traumático o especialmente trágico. Una persona con TEPT puede experimentar una serie de síntomas:

  • Imágenes recurrentes del acontecimiento traumático y sensación de volver a vivir el suceso traumático en el presente.
  • Estado de alerta constante con la aparición de dificultades para conciliar el sueño, hipervigilancia, irritabilidad, dificultades de concentración, etc.
  • Evitación de estímulos que puedan asociarse con la experiencia traumática.
  • Estado de ánimo bajo, depresión y dificultades para expresar emociones positivas.

Entre los acontecimientos traumáticos que han sido más investigados están los desastres naturales, atentados, servicios de combate en tiempos de guerra, las agresiones sexuales, cirugías mayores y surir u observar un accidente grave.

Tipos de Estrés Postraumático

Podemos diferenciar tres tipos diferentes:

  • Agudo. Cuando la duración es inferior a tres meses.
  • Crónico. Cuya duración está por encima de los tres meses.
  • De inicio moderado. Cuando entre la experiencia traumática y el inicio de los síntomas han transcurrido más de seis meses.

En el caso de que el suceso traumático haya sido provocado por otras personas, como ocurre en atentados, secuestros, violaciones, etc, el trastorno suele ser más duradero que en los casos de desastres naturales o accidentes. Además, en estos casos pueden aparecer sentimientos de culpa, vergüenza, junto con otros síntomas de retraimiento social, hostilidad, sensación constante de alarma, pérdida de valores y alteraciones de personalidad.

Consecuencias Psicológicas del Estrés Postraumático

Todo lo que pueda ser relacionado con el suceso traumático (lugares, personas, situaciones o actividades) tiende a evitarse de forma constante, con la intención de evitar los pensamientos y conversaciones al respecto...llegando a producirse en algunos casos amnesia de aspectos del suceso.

Las personas que sufren el trastorno habitualmente tienden a perder interés en las cosas que le atraían anteriormente, sufren dificultades para expresar, e incluso sentir, sus emociones y tienden a alejarse de los demás. Esta pérdida de interés por el mundo se denomina embotamiento o frialdad emocional.

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Criterios para el diagnóstico de F43.1 Trastorno por estrés postraumático (309.81)

A. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y 2:

  1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
  2. la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados

B. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:

 

  1. recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas o aspectos característicos del trauma
  2. sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible
  3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico
  4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
  5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático

 

C. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:

 

  1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
  2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
  3. incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
  4. reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
  5. sensación de desapego o enajenación frente a los demás
  6. restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
  7. sensación de un futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal)

 

D. Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:

 

  1. dificultades para conciliar o mantener el sueño
  2. irritabilidad o ataques de ira
  3. dificultades para concentrarse
  4. hipervigilancia
  5. respuestas exageradas de sobresalto

 

E. Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.

F. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

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